miércoles, 14 de noviembre de 2018

Yo no he leído a Fernando del Paso

Fernando del Paso. Archivo de El Universal.
Gracias por pasar a este blog, naturalmente imagino que darle clic a la publicación fue por curiosidad, por ocio o porque hashtagFernandodelPaso es trending toping.

El título es totalmente cierto, yo no he leído a Fernando del Paso.

Podría resultar grosero y mañoso utilizar un título así el día de hoy que amaneció frío, muy frío en Guadalajara, que es donde falleció el autor. Yo al encontrarme cerca me decidí a escribir algo sobre este autor que continuamente dejé para después.

Debo admitir que me daba curiosidad su libro Noticias del imperio sin embargo jamás lo compré. Cosa curiosa, en alguna ocasión medio vi como este escritor era empujado entre un remolino de gente en la FIL.


Muchos de mis amigos y escritores conocidos están dando el pésame a sus propios recuerdos dentro de las redes sociales, yo no he publicado nada más que abrazos virtuales a aquellos que según me dice mi intuición femenina (sí, tenía que decirlo y qué le hace) están devastados por la noticia.

No puedo hacer más, nunca leí a Fernando del Paso y probablemente pase otro tanto a menos que el libro llegue a mis manos y yo no lo posponga como he hecho con otros grandes escritores, por no sentirme atraída.

Algo que me gustaría resaltar es lo enternecedor que es toda esta escena que se propaga por las redes sociales. Muchos subiendo fotos con el autor, algunos poniendo extractos de sus obras, otros más publicando videos. Todos increíblemente tocados por la noticia, todos increíblemente trending.

Carlota de México "Estoy impactada."
No es juicio, es solo que ver todo esto me hace sentir como un ser ajeno a su dolor mediático y solo atino a venir aquí a confesarme ignorante del dolor y de la grandeza de este autor quién posiblemente me jale las patas en la noche por andar de boca-floja. (Perdóneme don Fernando, yo solo estaba compartiendo mi sentir y haciendo gala de mi ignorancia.)

Mi intención con esto es plantear como Fernando del Paso estaba allí entre mi mundo pero nunca hicimos click. Ahora que veo muchas de sus fotos pienso que era bastante original su estilo al vestir y que tal vez por allí hubiéramos empezado.


Tal vez pronto lo hagamos, tal vez sigo pensando en la muerte de Stan Lee el día de ayer. Tal vez nunca he sido buena leyendo noticias y por desgracia el libro de Del Paso así se llama.

A todos aquellos que han tenido a bien leer a este señor, los observo con curiosidad y con ternura porque la muerte de un escritor siempre afecta y siempre importa, pero no más que su obra y todo aquello que representa en el devenir del arte.



martes, 15 de mayo de 2018

Dolores O'Riordan, la musa nabokoviana


Durante todo este tiempo he tratado de estar alejada de los medios y redes sociales sobre todo del tema de la muerte de Dolores O’Riordan. Hay tantos artículos, memes, noticias y demás que lejos de parecer un homenaje rayan en la burla a través de la (única) canción con la que la esa gente se acuerda de ella: Zombie.

He visto también otros que hablan acerca del abuso que sufrió de niña, sus trastornos mentales que ello provocó y una sarta de boludeces que se quieren disfrazar de artículos intelectuales y con un punto de vista más profundo sobre ella, hoy que se cumplen cuatro meses de su último aliento, me permito publicar este trabajo.

Dolores traía en su nombre ya era un estigma, sus letras llevaban el estilo “nabokoviano” con la fuerza e inocencia que las caracterizaba.
Sin embargo, más allá del chisme mediático, Dolores, o más bien dicho The Cranberries fue una banda que llegó directo a mi sistema, se incrustó y me dejó percibir algo más que una moda o un grupo cool de los 90’s.

Recuerdo todavía la primera vez que escuché No need to argue. Era una grabación de una estación de radio que alguien le había prestado a mi hermana y que como toda su colección de cassettes, guardaba bajo su cama en un cajón de madera de pino y que, celosa de su adolescente autonomía, escuchaba en su walkman.  

De vez en cuando, por fortuna, ponía alguno de sus cassettes en el modular de la sala al hacer el aseo en casa. Había algo en esas letras que aún no comprendía pero que me llevaban al límite.
Yo me alucinaba frente al escenario cantando y haciéndome escuchar, con un vestuario impresionante, zombis putrefactos al estilo Romero y miles de personas aullando partes de la letra.

Era un sueño bastante común en los niños ahora que lo pienso (not) pero me lo guardaba puesto que no me gustaba compartir todo lo que pensaba o las cosas que imaginaba.

Años después mi hermana me confesaría que Ode to my family la ponía triste y yo me guardaría un secreto similar al analizar la situación en la que me encontraba.

Para mí, Dolores O’ Riordan no solo era la mujer que hacía tonos hipnotizantes que nos llevaban a través de lapsos de espasmos auditivos era la mujer que me mostró la canción que me ayudó a darme cuenta de que mis cuerdas vocales no daban para tanto, pero que sigo intentando asimilar hasta la fecha.

Era quién representaba con su música el enojo de sus eternas raíces irlandesas y captaba las emociones que la rodeaban con un grado superior (casi divino) de empatía.

Ella, mujer de fuerza devastadora, con una voz que desgarraba por dentro y te cubría con un manto de seguridad; me daba fuerzas para cantar a todo pulmón descargando así la rabia comprimida en formato .zip y momentos desagradables.

Por eso y más, gracias Dolores…

https://www.youtube.com/watch?v=Zz-DJr1Qs54

sábado, 12 de mayo de 2018

Katherine Hepburn: Spinster, sinister, mister.


Como gran fanática del cine dorado estadounidense, me siento inspirada por hablar hoy de Katherine Hepburn


Katherine la solterona por excelencia, era una mujer que inspiraba feminismo al actuar siempre en papeles fuertes o que dejaran marca.

 Por favor no la confundan con la niña de Breakfast at Tiffany’s, Peew, peew! para el que lo haga.
 (por favor no la confundan con la niña de Breakfast at Tiffany’s Peew, peew! para el que lo haga)



Al hacer su incursión en el teatro, se forjó de esa manera especial que penetra con un halo dorado sin margen de error.

Su personalidad siempre desafiante, la llevó a ser de las primeras mujeres en imponer modas propias para los hombres en la época y que desató críticas por haberse divorciado tan joven.


Jugaba siempre con los papeles que interpretaba y modificaba conciencias, retaba sistemas y robaba miradas con personajes que reflejaban su intrepidez.

Lejos de convertirse en un estigma para ella, la intrépida misionera en The African Queen supo rodear los peligros de los rápidos “hollywoodenses” y siempre salir a flote.

Hoy rindo homenaje a alguien que fue más que una cara bonita y que a menudo no aparece entre las memorias vintage de las revistas especializadas.

Por esto y más, feliz cumpleaños Kathy.


sábado, 28 de enero de 2017

The doctor who Hurt my hearts.




La muerte de John Hurt no lastima, arde. El actor británico, quien fuera nombrado 'Sir' por su majestad la Reina de Inglaterra hace tan solo dos años, muere el 27 de enero de 2017. Para alguien como yo, quién ha sido su admiradora desde pequeña, su muerte es un último acto de represión. 

Dirán ustedes ¿por qué se relaciona su muerte con la represión? Pues verán, durante toda su vida, el actor trabajó en películas y proyectos de diferente índole, ciencia ficción, horror, cine de arte… Llega a mi mente el recuerdo de 1984, basada en el libro de George Orwel, este actor le dio vida a uno de los personajes principales de la obra con excepcional maestría. Su don era hacernos creer que vivimos el momento, que estábamos allí en el bosque donde le hizo el amor a Julia o entre los infiltrados de Goldstein.

Le dio su cara a diferentes personajes que quedarán para siempre en nuestra memoria: desde un monstruoso hombre hasta doctor que lo da todo por la humanidad en Doctor Who.

Es él, quién con su asombrosa capacidad actoral nos hace preguntarnos si realmente estamos siendo observadores del caos desde fuera o ya somos parte del mismo.

Sus películas han sido inspiración para muchos, de eso no cabe duda. Una gran cantidad de actores y directores claman que ha sido un honor trabajar a su lado. Sus personajes siempre caóticos y con energía pura, casi alienigena han provocado que muchos sigan su ejemplo.

El cáncer había sido el Dalek del War Doctor durante varios años. Como siempre, malignos y pacientes, esperaron atacar con doble fuerza a pesar de que se había anunciado que los había vencido. Un dolor misterioso y sus dos corazones dejaron de latir, fin de su última reencarnación.

Estoy segura que ya descansa junto a su amada Anwen. Pero ahora solo me queda preguntarme: Una vez que se ha ido el defensor de la humanidad, ¿cuantos corazones quedan lastimados tras su partida?


sábado, 9 de mayo de 2015

Manifiesto Pizzeril

Hay dos tipos de personas en este mundo. Los que comen la pizza con todo y orilla y los que no. Mi ambivalencia me obliga como siempre a no decidir un bando, en muy raras ocasiones, caro. Desde mis años pueriles recuerdo haber pasado por penosas escenas familiares en las cuales me feía forzada a comer la orilla: “la orilla también es parte de la pizza, es un todo y tienes que comértelo” palabras más, palabras menos rezaba el manifiesto materna absoluto.

Los años han pasado y me he convertido en un binomio que sigue sorteando recuerdos del ayer y el deber del hoy entre levaduras y peperoni. No me malinterpreten también disfruto otros sabores pero siempre habrá de ser algo que vaya más allá del queso, el pomodoro y las fragantes especias.

Es obscenamente placentero sentarse un día y comerte una pizza familiar tú solo. Saber que eres un conquistador que llegó a la orilla del Nuevo Mundo y has encontrado la redondez que tanto anhelaba, por la cual se privó de burdeles, vino  y demás bonanzas de la tierra firme. Por otro lado es absolutamente desalentador para la vanidad como la redondez también se va haciendo parte de ti si te dejas llevar por la lujuria pizzeril.

Volviendo a la cuestión del doble. Las orillas se han empecinado en dejar de ser una provocación para convertirse en una obligación. Los demás te juzgan como si fueran mejor que tú por comerse cualquier pedazo de masa mal cocida. Siempre habrá compañías con trucos publicitarios de eso en los que la pizza se ve de una forma pero sabe de otra. Con esto hemos participado en una tremenda inversión en saborizantes y menjurjes que habrán de terminar el truco y atraerán más adeptos a “la orilla rellena de queso”.
Cabe mencionar que el anzuelo es arrojado a aquellos que disfrutan las orillas sin un pero (llamémosle tipo 1 para abreviar) caerán rendidos ante el ingenio publicitario. Entonces vemos cómo el tipo 1 va contaminando e sagrado alimento y desdeña la pizza poco voluminosa, sencilla y carismática ruedita de masa pana que tiene la orilla más delgada y crujiente. El tipo 2 (es decir, los que no comen orillas) se vio en el penoso camino de traer al tipo 1 al camino de la rectitud, pero entonces surgió un tercer tipo: los vegetarianos, bueno, la paciencia tiene límites, pero no me quiero meter mucho con el tipo 3 porque habitualmente los hay de tipo 1 y de tipo 2 dentro de este híbrido “eco-friendly”. Seguimos con que la batalla esta al tope, las calles se volvieron inseguras, los miércoles que  yo recordaba felices en mis 2x1 de antaño dejaron de ser lo que eran y cobraron víctimas. Oh sí, vaya que lo hicieron…víctimas inocentes que observaron cómo su vida y recuerdos se desvanecieron. El ídolo caído entregaba su imperio a la fuerza y nadie hizo mucho para recobrarlo. Fueron los días más oscuros de mi niñez y poco a poco fui perdiendo la esperanza y el gusto por salir a la calle a buscar una pizza decente.

Ganaron las flamantes pizzas llenas de químicos y con masa de dudosa transgénica procedencia y sí, lucían como en las fotos y yo crecí viendo esa hermosa resolución de masa hidrogenadaxmasa hidrogenada. De amplio alcance, cuasi impresas en tercera dimensión a tamaño doble carta que sabía igual de horrible que un plano recién salido del plotter.

Por fortuna, de todo ese imperio que azotó mis recuerdos y mancilló mi orgullo pizzeril resurgió la piedra y se hizo horno, devolvió el candor y humanismo a las pizzas de mi vida. Desde entonces he rechazado todo contacto con la manufactura de las orillas chiclosas y llenas de mentiras coorporativas hasta donde mi vida social y mi impertinente estómago me han permitido. He resurgido y he sido purificada con el fuego para devolverle el honor a mis entrañas y mis jugos gástricos, soy el fuego, el tipo 1 que habitaba en mí abrió su paso en cuanto encontró otra pizza de masa crujiente y frágil, con huellas de su paso por el horno para culminar en lo que se denomina “pizza artesanal”.


Yo los invito a que nos levantemos hasta aquel lugar donde se amasa con pasión y cansancio, ese lugar de donde surge el canto de antaño, un establecimiento tan sagrado que los uniformes no son el sistema y donde podemos saborear el renacer de la era pizzeril como la conocimos en un principio.

domingo, 8 de febrero de 2015

Dios bendiga los lunes

Dios bendiga los lunes
Sí, dije Dios, porque creí que era hora del té y solo encontré cerveza.
Dios bendiga los lunes,
Y las noches en que florecen los geranios
Porque es en ese entonces cuando más te pienso, cuando más me engaño.

Dios bendiga los lunes, porque fue lunes cuando tuve que romperme los dedos
Para encontrar el pedazo de corazón que me faltaba.
Dios bendiga los lunes porque soy más miserable cuando es lunes y no llueve.

A veces, sentada fumando un cigarro contemplo la ciudad
Me adormecen sus sonidos.
No podría vivir lejos de la ciudad en que he merecido casi morirme un lunes
Dios bendiga también a la chica que me sacó del camino cuando se acercaba el autobús para arrollarme.

Ojalá que todos los días sean benditos de ahora en adelante, menos los sábados
Porque es cuando más te extraño, cuándo más he llorado.
Dios Bendiga los lunes para que ya no los odiemos tanto…
Porque el Diablo castra todo poema y toda inocencia
Toda magia que surge los lunes y llega retorcida al viernes, nos condena el sábado y se arrepiente en domingo.

Huimos de la semana, corriendo hasta que nos salen ampollas,
Nos sangran los recuerdos todo el fin de semana y nos libera de tensiones al inicio del lunes.
Dios bendiga los lunes porque es cuando menos falta me haces
cuando más preocupada estoy por toda la semana
y me pongo a pensar en lo que habrá que cocinarse,
lo que habrá que lavarse, lo que habrá que leerse o borrarse.

Dios bendiga los lunes porque es cuando amanezco más lejos de ti
Cuando el silencio se vuelve consuelo y la llama del alcohol deja cenizas en mis ojos.

La mente deja de trabajar despacio
Las ojeras se preparan para su gran debut
Y muestran sus largos vestidos de noche, los cuales arrastran bajo mis ojos.
Por ellos están de vuelta el lunes, y yo solo pienso que Dios debería bendecirlas a ellas también
Aunque no exista y en realidad le importe un comino si debí morir un lunes
Y simplemente se le olvidó a la Muerte aparecerse entre el tráfico.

No lo sé, de cualquier forma casi siempre es lunes cuando estás
Aquí, escondida entre libros y escritores
Durmiendo a medias por tensiones y pesadillas,
A veces llega a preocuparme que el Big Bang haya ocurrido un sábado
Y entonces todo ha sido un desperdicio.

Luego te ignoro hasta que es lunes
Entonces busco la manera de entrar en las iglesias a escondidas
Robar las ostias, beberme el vino de consagrar, recoger agua bendita y entonces

Solo entonces, creo saber porque deben ser bendecidos los lunes.

domingo, 23 de noviembre de 2014

Pragmáticamente extraños

Pragmáticamente extraños
Diversos estudios se han realizado de acuerdo a la pragmática, sin embargo, la intencionalidad y las diferentes reglas de cortesías se hacen aún más difíciles de comprender si no se realizan los actos del habla en la lengua materna. Es por ello que tratar de explicar la pragmática para alguien de otra lengua se vuelve difícil, ya que interfieren varios factores culturales que hacen más difícil que un extranjero no logre completar la información de la misma manera que un hablante nativo.
No vamos a hablar sobre los elementos que componen la pragmática ni a enunciar los actos de habla de Searle, lo que se pretende con el presente ensayo es manifestar diferencias entre la manera en como un extranjero y un hablante del español entienden una misma situación.
Una de las situaciones más particulares es en el momento en que se pide algo en un centro comercial. Tenemos entendido que para ciertas situaciones y para ahorrarse tiempo y esfuerzo los extranjeros contestarán con “si” o un “no”, este comportamiento en una cultura como la nuestra nos hace  pensar que esas personas son frías o bruscas.
El valor que le damos a ciertas situaciones que están sobreentendidas y a las cuales sabemos cómo reaccionar nunca es el mismo que se le da en otras culturas. Un ejemplo de ello, es cuando un policía nos detiene y nos comienza a hacer preguntas sobre ¿por qué tanta prisa?, si tenemos nuestros papeles, etcétera, pero vemos al mismo tiempo que no escribe nada en el formato para multa es porque quiere que le demos dinero. Sin embargo, si esto le pasa a un extranjero, espera, la mayoría de las veces, que le den su multa, si es que el policía tiene razón e irse inmediatamente puesto que lleva prisa.
No acertará a comentar algo como “pa’ los chescos mi jefe” o en un caso aún más indirecto, a darle la mano con un billete de 200 pesos de por medio. No es que en sus países no existe la corrupción, debe existir por supuesto, pero no es tan común como aquí y además, pragmáticamente hablando la situación se maneja de otra manera.
¿De qué manera el extranjero puede aprender a lidiar con este tipo de situaciones? En primer instancia, existe un código de comportamiento en el que el policía tiene autoridad para mandar que detengamos el coche, en segunda trataremos, al menos si somos de la misma lengua, en este caso la mexicana, trata de dialogar con él, justificar nuestra acción y manifestar que estamos preocupados por la infracción de tránsito que acabamos de realizar (si es que así fue) y sobre todo, de mantener ciertas formas de cortesías con el oficial. Inclusive, aunque no hayamos hecho lo que dice el oficial, pueden existir casos de que con tal de no lidiar con el problema, le demos una “mordida”. Esto último, es impensable para un extranjero ya que tienden a reaccionar de manera agresiva si ven vejada su libertad y aún más, si se le acusa de algo que no cometió. Esto lo decimos desde nuestra perspectiva con personas del Norte de América con las cuales hemos estado en contacto y que se han quejado de situaciones como esta.
Otro ejemplo a una situación que pragmáticamente se les dificulta a los extranjeros, es el uso que le damos al diminutivo. Cuando hacemos una petición, manifestamos de acuerdo a lo que queremos una cercanía utilizando un diminutivo en forma de cariño para así ganarnos el favor de la otra persona. Esto es entendible en todas las culturas para alguien cercano a nosotros, ya sea miembro de la familia, amigos muy cercanos o la pareja misma. Sin embargo, en español, solemos expandirlo hacia cualquier desconocido.
Un caso típico es cuando un mexicano pide comida, la situación comienza desde cómo se le dice al lugar o cómo manifiesta que es la hora de comer.
Ej. :
a.-Ya es tarde ¿no?
b.-Va siendo hora de echarnos unos taquitos.
a.-Aquí a la vuelta hay una fondita y la verdad es que no tienen madre, te sirven con tu molito con arrocito y tus frijolitos.
b.- Se me hace agua la boca.
En el ejemplo anterior, la persona jamás preguntó si existía un lugar para comer, y menos de qué tipo era, pero en el discurso que comparten estas dos personas “b” entiende que es la hora de comer y que “a” prefiere un lugar donde la comida sepa rica y se sirva la típica comida de casa, situación que manifiesta utilizando el diminutivo.  El discurso manifiesta que la información se infiere de acuerdo a cómo reacciona el otro. Si el caso hubiera sido que la pregunta se le hubiera hecho a un extranjero, éste simplemente hubiera contestado “Si” puesto que está contestando la pregunta, y que en primera instancia, implica una confusión ya que al agregar el “no” está negando que así sea.
En el cierre del diálogo “b” manifiesta con una sola frase, por cierto, hecha, que está de acuerdo con su interlocutor. Esta frase sí se encuentra en otras lenguas como la inglesa al decir I’m salibating,  pero por alguna razón, cuando se les trata de explicar el sentido de la frase no lo captan en el primer momento. Y menos en una estructura como esta en la que el interlocutor jamás le preguntó si se le antojaba lo que había descrito.
“Encariñarse” con las cosas o con las gentes, ha sido una de las característica de nuestras convenciones sociales que heredamos de la lengua náhuatl, es por ello que a pesar de hablar español, en España no comprenden el uso del diminutivo ni lo ven como algo obligatorio, el contrario, el discurso que parecemos emitir, de acuerdo a su percepción es meloso y falto de practicidad. Sin embargo, si no utilizamos estas formas, sentimos que el discurso está incompleto y curiosamente, pareciera que no estamos diciendo todo lo que queremos decir ni educadamente.
Así mismo, al hablar y describir la comida de la forma que lo hace “a” el acto ilocutivo se lleva a cabo de una manera más concreta, es decir, que si en vez de contestar como lo hizo en el ejemplo, hubiera dicho solamente “Aquí cerca venden comida” no está dando toda la información que “b” indirectamente está pidiendo al hablar cariñosamente de la comida en sí, ya que implica que le gusta cierto tipo de comida y que además le gusta que sepa bien. “a” que está inmerso el un mismo código cultural, está dando información de más para manifestar que es mejor ir a ese lugar y no a otro aunque “b” no le esté pidiendo su opinión sobre el lugar, “a” se la ofrece y curiosamente, sin decir una palabra sobre el sabor de la comida, al menos no directamente, sino que lo hace utilizando otra frase hecha, típica del español mexicano y que volviendo a lo mismo, un extranjero no comprende al cien por ciento.
Dentro del discurso del mexicano, sabemos que algo “no tiene madre” porque está muy bien hecho o que manifestamos que es superior a lo demás, por lo mismo, el acto perlocutivo realizado por “b” se manifiesta de la manera en que lo hace, con la frase “se me hace agua la boca”.
Así mismo, si seguimos pensando en la continuación de este diálogo, podemos ver de manifiesto que “a” busca indirectamente conseguir la compañía de esa persona para la hora de la comida, porque si no fuera así, quizás no le hubiera comentado lo de la hora, ni le hubiera hablado sobre un lugar al que ya ha ido a comer y que además le gusta. Esto último también se sobreentiende por la manera en que se expresa.
Insertarse en la cultura, tiene que ver con entender ciertas formas discursivas, de eso no hay duda, el discurso en México se caracteriza por rasgos de camaradería, inclusive el hecho de tocar mucho a la otra persona es una forma de expresarle cariño o respeto, podemos imaginar que “b” cierra el diálogo, dándole una palmada en la espalda a “a” que esto se entiende  como un signo de aceptación de una invitación que ni siquiera fue realizada.
Es importante enseñar a los que aprenden una segunda lengua que aprender el comportamiento de los hablantes de la lengua, también se puede hacer si se “leen” las muecas y ademanes realizados por éstos. Sin embargo, no porque ellos imiten esas acciones, lograrán comprender el discurso ni tampoco insertarse, este proceso se genera de manera un tanto paulatina si los hablantes nativos observan que el extranjero entiende la situación y no simplemente imita lo que vio anteriormente.

Es por ello que la enseñanza de la pragmática es fundamental para hablar una segunda lengua, pues no hay manera más eficaz de aprenderla que a través de la interacción social real, algo que no tienen las clases de conversación en las que muchas veces, los estudiantes tienen un discurso pensado y siguen teniendo la presión de estar siendo evaluados por el profesor, en vez de sentirse libres de desenvolverse lo cual vuelve artificial este tipo de métodos.